Antonio
DeMarco regresó después de nueve meses de inactividad, y aunque consiguió un triunfo
por nocaut, en mi opinión deja algunas dudas.
El
mochiteco radicado en Tijuana sufrió un tremendo nocaut en noviembre por parte
de Adrien Broner, para arrebatarle el campeonato CMB de peso ligero.
Después
de eso, DeMarco se tomó el tiempo para replantear su carrera, y una fuente
cercana a él me adelantó que ya no quería mantener su relación promocional con Gary
Shaw, e incluso me comentó que habían surgido diferencias con su equipo de trabajo,
integrado por Don Rómulo Quirarte y sus hijos -padre y hermanos de su esposa.
Hace
un mes, Tony reapareció ante los medios ofertándose al mejor postor, e ipso facto, Fernando Beltrán echó a andar
toda la maquinaria de Zanfer para que el ex campeón volviera al cuadrilátero lo
más pronto posible.
Se
le fijó una fecha y se le consiguió un rival de esos llamados “caladores”, el colombiano
Fidel Monterrosa, además de que se le pactó la pelea en un peso muy por arriba
del de su último compromiso, en welter, para que no se esforzara en bajar más.
Miré
a un DeMarco fuera de ritmo y de distancia, que empezó semilento y fue castigado
por la sorpresiva bravura de Monterrosa, quien en el tercer asalto conectó un cabezazo
bien disfrazado de “accidental” y le cortó el párpado izquierdo.
Fue
hasta entonces, enardecido por la sangre y por el instinto de supervivencia, que
el mochiteco decidió ser más agresivo.
Al
finalizar el cuarto round, una combinación de ganchos -de derecha arriba y
zurda abajo- puso mal al colombiano, pero sonó la campana.
Un
oper de derecha seguido por un gancho de izquierda al mentón obligaron a Monterrosa
a buscar el abrazo e irse de rodillas al suelo. Era la llamada de alerta, se le
había acabado el físico al sudamericano.
DeMarco
lanzó una ofensiva letal de tres golpes: una derecha al costillar, una zurda al
hígado, y otra zurda, larga, a la boca del estómago. El réferi Juan José Ramírez
decidió parar la pelea a pesar de que Monterrosa se reincorporó antes del diez.
Definitivamente,
creo que a Tony le sentará mejor acomodarse en la división superligero, pero
debe ser más agresivo si llega a toparse con un Lucas Matthysse o un Danny García,
o volverán a sacudirlo como lo hizo Broner o a apalearlo como lo hizo Edwin
Valero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario